21. ene., 2022
Los recuerdos determinan
nuestros pasos,
cada vez más vacilantes,
en este sendero estrecho y angosto,
que es la vida.
Nos acordamos del último traspiés,
del último arañazo con la zarza,
de la última espina que nos clavó la rosa,
siempre tan bonita y sugerente.
Y ya no volvemos a coger esa curva
con una marcha tan larga,
ni hablamos del asesino, por si acaso,
ni salimos de casa sin paraguas,
después de la última tormenta.
El momento definitivo de los recuerdos
son las estaciones,
cuando juramos amor eterno,
cuando en la despedida
las promesas agitan sus alas
y pronto se convierten en recuerdo
que archivamos en un lugar recóndito,
allá, donde se baten en duelo los fantasmas.
Los recuerdos determinan nuestros pasos,
cada vez más inseguros.
El miedo a que vuelva a suceder
aquello que tememos
es la gran victoria del recuerdo,
y entonces el amor pasa de largo,
como el campo de amapolas de Van Gogh
y también pasan de largo los sueños
en busca de otros ojos que conquistar.
Es verdad,
los recuerdos muchas veces nos traicionan,
nos coaccionan,
incluso llegan a amenazarnos,
pero, decidme, vosotros,
hombres victoriosos,
que no le teméis a nada,
¿por qué tanto miedo a los recuerdos?
¿Acaso es algo el hombre sin ellos?
¿Acaso no son sus sombras más ciertas?
¿Acaso no son el espejo en que se mira?
Comentarios recientes
16.02 | 20:30
"El alma es un laberinto de estrellas,
una encrucijada de caminos sin fronteras,"
Me gusta este verso.
Describe muy bien mi visión del alma.
06.01 | 23:14
Me gustan tus poesias, expresan mucho y tienen tanta certeza. Soy una adolescente que escribe poesias tambien jaja, y tu blog me inspira a animarme a crearme el mio. Gracias!! Y segui publicando🙌
08.01 | 16:39
Me detengo un poco pensando que ahí donde nacen los bosques.. ya no hay nada... o más allá de la muerte.
13.12 | 07:34
Gracias. Me sirve de mucho tu comentario