29. ago., 2019
Viajar en un tren
también es símbolo
de ese errático viaje que es la vida.
Llegar a Roma, por ejemplo,
puede ser una meta ineludible,
para quien mira siempre el paisaje.
Otra cosa es París,
más pagana, frívola e inquieta,
pero que siempre satisface
las expectativas de quien lleva
vacía la maleta.
El problema es el de siempre.
El rico viaja en vagón de primera clase.
El pobre se conforma con sus sueños.
Comentarios recientes
16.02 | 20:30
"El alma es un laberinto de estrellas,
una encrucijada de caminos sin fronteras,"
Me gusta este verso.
Describe muy bien mi visión del alma.
06.01 | 23:14
Me gustan tus poesias, expresan mucho y tienen tanta certeza. Soy una adolescente que escribe poesias tambien jaja, y tu blog me inspira a animarme a crearme el mio. Gracias!! Y segui publicando🙌
08.01 | 16:39
Me detengo un poco pensando que ahí donde nacen los bosques.. ya no hay nada... o más allá de la muerte.
13.12 | 07:34
Gracias. Me sirve de mucho tu comentario