18. ago., 2019
El amor de un padre por su hijo
es tan fuerte que no lo tuerce el camino
ni los vientos del poniente
ni el destino ni la muerte.
Es tan alto que hasta las cumbres lo envidian
por no tenerlo en sus brazos.
El tiempo es el enemigo
que separa al padre del hijo.
El hijo quiere volar y el padre no lo detiene.
Es un amor acendrado, acrisolado en el fuego,
que no sabe de traiciones, ni mentiras.
El hijo es el sueño del padre,
su escalera, su luz más temprana,
su reto a la eternidad.
El padre conduce al hijo
por senderos que llevan al abrigo de los sauces,
le protege de las fauces del lobo,
y le muestra el infinito
en las noches de dolor.
El padre promete al hijo
la luna, los gigantes, el horizonte,
y el hijo anda despacio
por el camino
que solo el padre conoce.
Y cuando llega el silencio de la vejez
el hijo le dice adiós.
Comentarios recientes
16.02 | 20:30
"El alma es un laberinto de estrellas,
una encrucijada de caminos sin fronteras,"
Me gusta este verso.
Describe muy bien mi visión del alma.
06.01 | 23:14
Me gustan tus poesias, expresan mucho y tienen tanta certeza. Soy una adolescente que escribe poesias tambien jaja, y tu blog me inspira a animarme a crearme el mio. Gracias!! Y segui publicando🙌
08.01 | 16:39
Me detengo un poco pensando que ahí donde nacen los bosques.. ya no hay nada... o más allá de la muerte.
13.12 | 07:34
Gracias. Me sirve de mucho tu comentario