2. jul., 2016
Éramos felices, pero no lo supimos
Hasta aquella tarde de tormenta,
En que murieron los sueños,
Y las sombras regresaron a hacer su nido en los árboles.
Entonces percibimos, con toda claridad,
La belleza de los ángeles y el susurro de los ríos,
La monotonía de la lluvia y el gris de los campos otoñales.
Lloramos, como lloran los niños,
Y la nostalgia de un paraíso perdido
Nos acompaña con sus ecos y su bruma.
Comentarios recientes
16.02 | 20:30
"El alma es un laberinto de estrellas,
una encrucijada de caminos sin fronteras,"
Me gusta este verso.
Describe muy bien mi visión del alma.
06.01 | 23:14
Me gustan tus poesias, expresan mucho y tienen tanta certeza. Soy una adolescente que escribe poesias tambien jaja, y tu blog me inspira a animarme a crearme el mio. Gracias!! Y segui publicando🙌
08.01 | 16:39
Me detengo un poco pensando que ahí donde nacen los bosques.. ya no hay nada... o más allá de la muerte.
13.12 | 07:34
Gracias. Me sirve de mucho tu comentario