13. ago., 2020
ENVUELTA EN LA NIEBLA
Y bajó la paloma
en forma de sueño.
Tenía las patas llagadas
y en sus plumas
habitaba un ángel.
Le dije: paloma, cuéntame tu pena,
que sepa la tarde
de dónde has venido
y quién ha sido
el que así te ha herido.
No tengo refugio,
mi patria está lejos,
Y mis alas están tristes
porque no pueden volar.
Su llanto fue mi llanto,
en su queja latía
el profundo canto de la melancolía.
Paloma lejana, envuelta en la niebla,
compañera extraña de sueños antiguos.
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