28. mar., 2020
ORACIÓN
No escuches mi llanto,
mi súplica, mi plegaria.
Escucha el rugido del mar
que te implora.
Escucha el canto de los pájaros
que no tienen dónde refugiarse.
Escucha el rumor del viento,
que hoy es más fuerte todavía.
Escucha el clamor de los árboles,
las voces desamparadas,
los gritos que suben hasta el cielo,
la oración humilde y silenciosa
del monje en su celda.
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