17. nov., 2019
LOS PORQUÉS
Las mañanas de invierno no preguntan nada,
como sí hacen las de primavera.
No hay preguntas porque no hay respuestas
a tantos porqués que nos acechan.
Las mañanas de invierno no preguntan,
están ocupadas en lo que está por venir:
el viento, el frío, la nieve,
el hombre que alza su voz al cielo.
Envueltas en su silencio
solo sueñan con el paraíso nunca alcanzado,
pero que se vislumbra a través de la niebla.
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