29. ago., 2019
EL INSTANTE
Hay viajeros
que se detienen a contemplar el paisaje,
sin sumar fracasos a sus despedidas.
Otros que lloran el tiempo perdido
y se vuelven circunspectos,
como si la primavera fuera el sueño de un loco.
Los hay altivos y satisfechos
de haber encontrado el elixir de la eterna juventud.
Los hay que escriben un poema
donde el tiempo se para
al compás de una música,
beber un gin-tonic
o apresar el instante en que se enciende una luz.
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