12. may., 2019
MÁS ALLÁ
No le sirven de nada los aplausos,
ni los homenajes en las plazas,
ni las alabanzas de los poderosos,
ni las lágrimas de los amigos,
ni las rosas por docenas,
ni el monumento levantado a su memoria.
Ya no le llega el rumor de la lluvia
ni la música acordada de los astros
ni el olor de los jazmines.
Ya no verá más primaveras
ni el otoño se despedirá de él.
Se ha quedado sin espada y sin bandera.
Una eternidad le espera tras la muerte.
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