13. abr., 2019
EL VIEJO MUNDO
Lo que a este viejo mundo le falta
no es una aventura en la selva,
ni un viaje a galaxias por descubrir.
No es un profeta que descifre todos los enigmas.
No es este cielo pasajero,
ni un ático en el centro de Manhattan.
Lo que este viejo mundo necesita
es la música de siempre,
la del latido incierto
y el canto inmarcesible,
la de la lluvia en un jardín abandonado,
la de la noche deambulando por las calles,
la del amor que no hace ruido,
la que nos salva del olvido y del abismo.
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