4. nov., 2018
EL ROSTRO LEJANO
He de aprender a verte en el silencio,
en tu lejana cercanía,
casi ausente del mundo,
y sin embargo, en el dolor tan intenso.
He de aprender a verte en los sueños que huyen,
en el placer de comerme un helado a medianoche,
en el ruido de las calles
o en las campanas que tañen a lo lejos.
He de aprender a verte cada día
en esas negativas tan rotundas
que cuajan de flores los jardines.
He de aprender a verte en ese rostro
que nunca se refleja en el espejo
y sí en el llanto de los hombres
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