Las palabras
A veces, las palabras me desbordan
O me inquietan, según por donde brilla el sol cada mañana.
Querría dominarlas y huyen
De todo aquello que no ven con sus ojos tan oscuros
O no tocan con sus manos tan ásperas.
Las palabras me muerden, a veces,
Como un odio sutil en la ventana gris y mortecina
Otras, buscan la esperanza en un horizonte plagado de mentiras
O de burdas quimeras.
Salgo a su encuentro
Buscando algún amor, algún trueno, alguna nube,
Pero siempre tienen una excusa
Para no salir de noche: el frío, el cansancio, la pereza.
No les gustan las mazmorras ni los antros,
Ni los campos extraviados que aparecen en las pinturas, de improviso.
Las palabras son frágiles, diminutas y también crueles,
Porque son bellas
Y desdeñan lo prosaico y lo anodino.
A veces, se me hacen largas las palabras,
Largas y extrañas como el rayo o el grito,
Pero largo, mucho más largo, es el silencio y el olvido.
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