El sueño
El sueño me mira desde lejos.
Me dice verdades como puños.
No puedo evitar su mirada penetrante
Más cruel que lo real y lo ignoto.
El sueño hace crujir lo vano y también lo insólito,
Aquello
que despedazo sin permiso del aire
Y lo convierto en temores infundados, en letales mariposas.
Se trata de un vaticinio ineludible,
Que no puedo postergar porque me atañe y me hiere.
El sueño me atenaza y vuela en mi noche más oscura.
Apaga los últimos rescoldos de un fuego
Que ayer fue hoguera y hoy es fútil esperanza.
Yo le miro a los ojos, como
cuevas,
Y siento cómo muerde su veneno.
Y siento cómo
mata su recuerdo.
No me defiendo.
Me dejo llevar hasta el
abismo
Donde la nada me rodea con sus sombras.
En mi delirio llamo
a los ausentes,
A aquellos que perdieron la guerra y no volvieron,
Pero
el sueño es implacable en su venganza
Y se repite como el hambre y la sed y los agüeros.
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