30. mar., 2015
Las estrellas
Allí están, las estrellas, en el infinito,
Esperando a alguien que las nombre,
Que marque su destino
O, simplemente, que las contemple en su delirio.
Las estrellas no hablan, no lloran,
No galopan por un cielo inexistente,
Pero existen en la mente de los sabios,
En el azul clandestino de la noche,
En el porqué de los enamorados,
En los documentos extraviados de la historia
Y, por supuesto, en el silencio de los sueños.
Ahora que nadie las recuerda,
(el polvo es su espejo, su único refugio,
Con quien conviven en lo eterno y en lo efímero)
El tiempo con su hacha
Romperá las barreras que separan lo ignoto de lo cierto,
Rescatará la lluvia, la luz, el cansancio
( todo aquello que el hombre oculta en su soledad)
Y a las estrellas de su abismo sordo y ciego.
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