8. feb., 2015
Todo vuelve a tus ojos
Todo vuelve a tus ojos,
El cansancio, el hambre, la herida.
También la ternura y el ocaso.
Todo vuelve, persistentemente, a tus ojos,
Bajo la luz ardiente del tiempo,
Del invierno que huye de la muerte,
De los rescoldos de un amor tan viejo como escaso.
Todo vuelve a tus ojos,
El delirio intenso, el horizonte ingrávido, la ciudad despoblada.
Hasta el miedo y la verdad sombría
Hasta el silencio que rodea las cumbres,
Hasta la frágil belleza de los nombres.
Todo vuelve a tus ojos,
Como si el azar estuviera esperando el momento inoportuno,
Como una flecha en las orillas del alma,
Como la voz que se hace mujer un día.
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