13. ene., 2015
No me acuerdo nunca de los nombres
No me acuerdo nunca de los nombres.
Me parecen todos anecdóticos
Y una arbitrariedad en los confines del alma.
Prefiero las islas desiertas a un nombre escueto,
Sin brillo y sin nostalgia.
Qué bonito decir no sé cómo te llamas,
No sé quién eres.
Y me conteste una gaviota, un tulipán,
La noche sobresaltada.
No me gustan los nombres.
Prefiero los corazones a descubierto,
Sin metal, sin amarillos que lo adornen.
Que desaparezcan los nombres de los libros,
Que los encierren en una torre sin túneles y sin princesas.
Y, sobre todo,
Que no dejen que invadan la madrugada.
Comentarios recientes