3. ene., 2015
Muerte sigilosa
Muerte sigilosa que vigila los jardines y los páramos.
Que nace y crece en el misterio del sueño.
Se arruga en la mañana prodigiosa
Y alza su voz entre los montes.
Se yergue como un monumento al vacío y a la sombra.
Rompe los cristales del alma
Y circula por ciudades sin nombre y sin prospecto.
Se lanza sobre los ojos de los murciélagos
Y roba las inusitadas camelias
De aquel cielo que pregunta
Y a quien nadie contesta,
Sobre el albur de las estrellas
Y el corazón de los hombres.
Habita en el oscuro recuerdo de las aves
Y azota al miedo, al dolor y a las espinas.
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