28. dic., 2014
Siento haber nacido en tus heridas
Siento haber nacido en tus heridas,
Haber sido el golpe de la sangre en tu sien.
No haberte mirado con los ojos de la luna
Ni haberte rescatado de una muerte infame.
Lo siento.
Lo dicen las gaviotas y los mirlos,
El agua que desciende, ataviada, de la montaña,
Los brezos y también las espigas.
Lo siento
En sánscrito, en la lengua de algún desconocido, en el balbuceo del niño.
Pero sobre todo lo siento
En el asombro del mundo,
En la mirada herrumbrosa del viejo.
En el miedo del que huye de la penumbra.
Lo siento por las veces que he olvidado tu nombre
Y he ahogado tu dolor en mis mentiras,
Mientras, tu silencio se extiende por el horizonte ingrato
De un invierno que promete ser eterno.
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