Los oscuros arcanos de la memoria
Entre los oscuros arcanos de mi memoria
He descubierto polvorientas encinas,
Agrias malezas, turbios y enconados barrizales.
Algo que no se cura con el bálsamo de la luna.
Es algo distinto,
Ajeno a los millones de estalactitas que penden de mi cueva.
También a los órdagos que me lanzan las estrellas.
Es algo burdo, aciago, inconcebible, rudo avatar
que me persigue
Por los aciagos caminos que me acechan.
De la mañana a la noche es mi huésped circunspecto.
Anda con mis pasos por mundos desconocidos
Lanza soflamas y veredictos de tristeza
Vela la sombra de los árboles
Y los sueños de los viejos.
Se adentra en el cubil oscuro donde duermen las gaviotas.
Afirma con rotundidad verdades que se niegan con los ojos.
Y no amanece un día
Sin que sus ojos no hayan visto el rostro deslumbrante de la muerte.
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